Las organizaciones convencionales se enfocan en la satisfacción de las necesidades básicas (supervivencia – pertenencia – autoestima) de sus integrantes, aplicando los modelos de pensamiento y acción de los Arquetipos Práctico, Sociable y Experto.

Estos Arquetipos se caracterizan por su aversión al riesgo y su espíritu conservador que impide “pensar y actuar fuera de la caja” de las tradiciones.

Sus líderes Práctico, Sociable y Experto emplean un estilo jerárquico y tratan a sus equipos como si fueran los componentes de una máquina, destinados a “cumplir con sus tareas y lograr resultados” que ellos no definen ni pueden cuestionar.

Su estrategia se basa en controlar, ser cautelosos y evitar riesgos; sus equipos compiten entre sí y emplean su talento para satisfacer su propio interés.

Las organizaciones convencionales pierden empuje y cohesión interna ante los desafíos de un mundo VUCA porque se enfocan en conservar el pasado.

 Las organizaciones que sobresalen “Good to Great” aprovechan las motivaciones superiores de autoexpresión y conexión de sus integrantes, aplicando los modelos de pensamiento y acción del Arquetipo Facilitador, que se caracteriza por su espíritu transgresor y por su disposición para “pensar y actuar fuera de la caja” de las tradiciones.

“Rompe moldes” para pasar del “yo” al “nosotros” y para aprovechar la diversidad de sus integrantes como una riqueza para impulsar la innovación disruptiva.

Los Líderes Facilitadores emplean un estilo participativo y sus equipos cooperan entre sí, motivados por contribuir al interés común de su organización.

Las organizaciones que sobresalen están pasando de un estilo reactivo de adaptación a los cambios (emplear el talento para mantener el pasado) a un estilo proactivo (emplear el talento para co-crear el futuro).

Sus integrantes enfocan los desafíos de un mundo VUCA con audacia y los aprovechan como una oportunidad para reinventar (procesos, productos y servicios) y reinventarse (crear redarquías).

Las organizaciones Prósperas de Alto Rendimiento aprovechan las motivaciones superiores de conexión, contribución y servicio de sus integrantes, aplicando los modelos de pensamiento y acción de los Arquetipos Tutor, Mentor y Sabio. Se caracterizan por su capacidad y disposición para contribuir al interés común de su organización.

Los Líderes Tutor, Mentor y Sabio, aprovechan el talento de sus equipos, inspiran con su propio ejemplo y empoderan para aportar valor y marcar la diferencia.

En las organizaciones Prósperas de Alto Rendimiento los equipos funcionan como una comunidad de personas con visión compartida y valores comunes, que colaboran entre sí para contribuir al Propósito Superior de la organización.

Sus equipos pueden prosperar en el caos y ante lo inesperado porque gestionan la complejidad y la incertidumbre sin perder cohesión interna.

Sus integrantes enfocan los desafíos de un mundo VUCA desde la confianza y los gestionan como una oportunidad para evolucionar.

Impacto del cambio de paradigmas en las organizaciones

La realidad operativa diaria en las organizaciones demuestra que la mayoría de los integrantes de nuestros equipos actuales han sido “culturalmente programados” y “técnicamente entrenados” para trabajar en entornos operativos convencionales.

Se ha producido un quiebre entre los valores que subyacen en el modelo de organización convencional (previsibilidad, control y planeación) y las nuevas realidades operativas caracterizadas por una creciente volatilidad, incertidumbre y complejidad.

Los modelos de pensamiento y acción que hemos empleado en nuestras organizaciones para tener éxito ya no nos ayudan a gestionar y hacer prosperar nuestros negocios en los mercados y entornos operativos actuales.

Los imperativos de la innovación disruptiva, los modelos de trabajo colaborativo, un estilo de vida digital y las expectativas de las nuevas generaciones han producido la obsolescencia de principios y valores que nos han sido inculcados a través de nuestros mentores y modelos de rol, más tarde por medio del conocimiento adquirido en nuestra educación y finalmente mediante las experiencias laborales.

Los líderes y equipos anclados en las tradiciones suelen aplicar soluciones correctas a los problemas equivocados; cuando no se logran los resultados esperados, se buscan culpables y se utiliza el talento para restaurar las reglas de juego del pasado con la consecuente pérdida de confianza de sus equipos y la fragmentación de sus organizaciones.

El imperativo de la nueva realidad operativa es actualizar nuestros Arquetipos Culturales personales para aplicar nuevas “formas de pensar y actuar” que nos ayuden a prosperar en el caos, sin perder el sentido del humor ni la serenidad ante la incertidumbre y aprovechando las crisis de transición como oportunidades para evolucionar. ¿Te atreves?