Las organizaciones están integradas por personas que, cuando se incorporan a ellas –además de sus competencias profesionales–, traen una historia “personal/laboral” –y un bagaje cultural denominado “ECRO”.

Se trata de poner a jugar lo mejor de cada uno para afrontar estos tiempos de grandes transformaciones.

El ECRO es semejante a un “navegador” que cada persona viene empleando para “navegar” por las aguas (calmadas, agitadas, estancadas, con corriente, con olas, etc.) de las organizaciones en las que ha trabajado desde el inicio de su historia laboral y personal.

Las personas vienen empleando su ECRO desde hace años para “percibir, interpretar, tomar decisiones y actuar” ante los eventos/situaciones/relaciones que han caracterizado sus vínculos laborales y los trabajos que han desarrollado.

¡Cuando cambiamos de trabajo, lo ideal sería apretar el comando “reset” del ECRO, pero, lamentablemente, los ECRO aún no vienen equipados con esa aplicación!

El sistema operativo de nuestro ECRO suele estar contaminado por la memoria de eventos que han ocurrido “allá y entonces” y que, por repetición, han ido forjando hábitos de respuesta (una avenida neuronal) que, al activarse, “disparan” una visión, unos valores, unas creencias y una emociones, que nos “recuerdan” nuestros aprendizajes acerca de lo que podemos esperar de los demás empleados, los jefes, los directivos, los equipos, la organización, la casa matriz, diferentes áreas de la organización, cada tipo de evento, los clientes, los proveedores, etc.

La memoria de nuestro navegador sobreimprime nuestras vivencias de “allá y entonces” sobre nuestras experiencias del “aquí y ahora” para darles sentido y significado, generando formas de pensar (percibir e interpretar), sentir (emociones) y actuar (comportamientos), que no son proporcionales a la situación “aquí y ahora” (por defecto o por exceso) y que “intoxican” la cultura de la organización con reacciones emocionales limitantes: buscar culpables, manipular, victimizarse, amenazar, excluir, etiquetar, competir, etc. 

Cada vez existe mayor conciencia en las organizaciones de la importancia de verificar el nivel de salud emocional de los nuevos integrantes y cuidar la salud emocional de los miembros de la organización mediante programas de coaching y mentoring, enfocados en descontaminar los ECRO individuales (inteligencia emocional individual) y los ECRO colectivos (cultura de los equipos y las organizaciones) y desplegar el enorme potencial creativo que todas las personas tenemos para cambiar nuestra realidad de manera positiva.

Artículo de Héctor Infer, Socio Fundador & Global Mentor de TransformAction Europe & Latam y Partner & Global Trainer de Barrett Values Centre para Harvard-Deusto en Habilidades directivas de marzo de 2021.

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