María Lladró, Consultora asociada de Transform Action y colaboradora habitual de El Mundo – Comunidad Valenciana – nos invita a avanzar hacia la cohesión y sostenibilidad de la empresa familiar. PRONTO empieza un curso para que los niños y los estudiantes adquieran nuevos conocimientos y alcancen nuevos aprendizajes. Un tiempo para el desarrollo intelectual y emocional. El propósito de que este curso vamos a estudiar más que el anterior, o de forma más ordenada, está a la orden del día. Septiembre es tiempo de intenciones renovadas. Con el olor a nuevo de los libros o del material escolar hasta lo más duro se vuelve llevadero. Aprovechando este espíritu de vuelta de vacaciones, las familias con empresas familiares tienen la oportunidad de pensar lo que quieren avanzar durante el nuevo curso. ¿Falta de armonía familiar? ¿Problemas con la sucesión? ¿Conversaciones pendientes que no se han producido? Dejemos el año natural, de enero a diciembre, para la contabilidad, los datos financieros, los planes estratégicos y las cuestiones del negocio de la empresa familiar. Pensemos ahora en las familias propietarias de empresas familiares, las que teóricamente comparten lazos de afecto y de propiedad. Las que en la práctica sufren con las discrepancias y darían lo que fuera por resolverlas, porque el conflicto les roba felicidad. ¿Qué podríamos mejorar este curso en el ámbito familiar? ¿Llevamos asignaturas pendientes desde hace tiempo? ¿Cuándo las vamos a resolver? Hay una realidad que es obvia. Lo que no se trabaja, o lo que no se cultiva, no se consigue. Las empresas familiares contratan a directivos y otras personas para llevar el negocio. Para hacer el trabajo de cada día: las compras, las ventas, los clientes, el marketing, la internacionalización, la producción, la innovación. Es el trabajo propiamente dicho. Sin embargo, hay otro trabajo que la familia empresaria puede y debe hacer: la comunicación entre socios, la búsqueda de acuerdos hacia la cohesión y el impulso de conversaciones sobre los retos del futuro. Esos pueden ser algunos propósitos estimulantes para el nuevo curso familiar. Demos la vuelta a la frase del párrafo anterior: lo que se consigue es porque se ha trabajado, porque se ha cultivado. Las empresas familiares que perduran están impulsadas por valores, crean una fuerte cultura emprendedora, trabajan con espíritu de consenso y establecen sistemas de gobierno para la familia y el negocio. ¿Nos animamos a empezar el curso concretando algunos objetivos? Conoce más acerca de María Lladró Link al Mundo artículo ]]>
Empresa familiar: Nuevo curso familiar, María LLadró
por transformaction | Sep 14, 2018 | Empresa Familiar | 0 Comentarios